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jueves, 14 de octubre de 2021

COLUMNA VERTEBRAL. PARTE 2. EVITA ENFERMEDADES.

 


ESPALDA (dolor de…) PARTE CENTRAL DE LA ESPALDA (12 vértebras dorsales)

La parte central de la espalda representa la gran región torácica del cuerpo

 comprendida entre el corazón y las vértebras lumbares. Es una región de

 culpabilidad emocional y afectiva. Las 12 vértebras dorsales (el modo de

 identificar cada una de ellas es por la letra D que designa “dorsal” seguida del

 número secuencial de la vértebra. Otro modo también es usar la letra T para

 designar las vértebras torácicas, y es lo mismo) se relacionan principalmente con

 esta región:


 D1 = La primera vértebra dorsal D1 puede reaccionar fuertemente cuando voy

 hasta mis límites bien sea en mi trabajo, bien sea en el deporte, en suma, en

 todas las situaciones en que voy hasta el final de mis fuerzas mentales, físicas o

 emocionales. No aprecia tampoco un “dopaje” que sea bajo forma de alcohol o de

 droga, la que sea. Su sensibilidad en ese momento estará a flor de piel. 

Me construyo entonces medios de auto – protección para protegerme de mi

 entorno y evitar estar herido. Esto puede manifestarse sobre todo en mis gestos

 o en mis palabras: por ejemplo, tiendo a apartar a los demás por mi frialdad o

 por palabras hirientes. Esto puede incluso manifestarse por una toma de peso

 importante, éste siendo mi protección natural y física, porque quiero

 inconscientemente “ocupar más sitio” y dejar menos a los demás. También esto

 puede esconder timidez actual y con la cual tengo dificultad para transigir.

 Se pondrá aún más en evidencia si temo perder el amor de la gente. Debo vigilar

 y evitar acurrucarme sobre mí – mismo rumiando negatividad constantemente,

 siendo siempre fijado en las mismas ideas y frustraciones. Un mal estado de D1

 puede traer dolencias en cualquier parte de mi cuerpo situada entre mis codos y

 la punta de mis dedos así como dificultades respiratorias (tos, asma, etc.)

D2 = La segunda vértebra dorsal D2 reaccionará fácilmente cuando mi emotividad

 esté afectada. Si cumulo y ahogo mis emociones, entonces D2 me mandará un

 mensaje y aparecerá el “dolor de espalda”. Si tengo la sensación de que no tengo

 mi lugar en la vida y en la sociedad, que la vida es “injusta” y que me siento

 víctima de los acontecimientos, D2 estará afectada. Puedo ser particularmente

 sensible a todo lo que toca a mi familia, y vivo situaciones de conflicto o

 desarmonía de un modo intenso. Puedo haber almacenado viejos rencores.

 También puedo remover constantemente experiencias pasadas, recuerdos,

 queriendo fijar mi realidad en acontecimientos pasados en vez de mirar el

 porvenir con confianza y viviendo intensamente el momento presente. 

Puedo contemplar una nueva situación que me trae un miedo a lo desconocido.

 ¿Voy a tener demasiadas responsabilidades? ¿Voy a estar sostenido o deberé

 despabilarme solo? ¿Cómo van a reaccionar la gente alrededor mío? Si dudo de

 mí, de mis capacidades, podré reaccionar jugando el papel de los “duros de roer”

 volviéndome muy autoritario; tendré así la sensación de controlar la situación,

 sabiendo muy bien que tiemblo de miedo, yendo incluso hasta tener angustia.

 También puedo volverme irritable frente a una persona o un suceso y reacciono

 por saltos de humor. Una D2 en mal estado suele estar acompañada de malestar

 y dolores en el corazón y los órganos que se vinculan a ellos, así como a los

 pulmones. Aprendo a pedir y a hacer confianza en mi capacidad de aceptar

 nuevos retos. Suelto mi pasado y me giro hacia el futuro sabiendo que ahora soy

 capaz de tomar mi lugar en armonía con mi entorno. Puedo también leer la

 sección referente al corazón para tener otras pistas.

D3 = La tercera vértebra dorsal D3 está esencialmente relacionada con los

 pulmones y el pecho. Puedo ir a consultar lo referente a estos dos temas para ver

 cuáles son las causas que pueden afectarles y tendré una pista para saber por

 qué D3 me manda también mensajes. Además, todo lo que puedo percibir por

 mis sentidos y que no me conviene del todo hará reaccionar D3. Ya que soy muy

 sensible a mi entorno, me he confeccionado un sistema con el cual sé lo que está

 bien y lo que está mal, lo que es aceptable o no. Puedo estar fijado y rígido en mi

 modo de pensar o ver las cosas. Tengo tendencia a juzgar cualquier persona o

 situación que no entre en mi definición de “correcto”. Puedo reaccionar

 fuertemente frente a lo que considero ser una “injusticia”. Incluso puedo

 volverme colérico, incluso violento mientras no esté de acuerdo con lo que veo,

 percibo u oigo. También puedo construirme un “escenario” en mi cabeza,

 disfrazando la realidad, frecuentemente a causa de mi miedo a ver la realidad de

 frente y también porque la realidad que me rodea me deprime. 

Entonces, tengo menos gusto de vivir, ya no tengo el sentimiento de estar en

 seguridad. Puede invadirme la tristeza. Ya no tengo el gusto de luchar. 

La depresión se va apoderando de mí progresivamente, y querré cortarme de este

 mundo que sólo me trae pena, frustración, ansiedad. Debo aprender a ver la vida

 bajo un nuevo día. Aceptar que no pueda vivir en un mundo perfecto pero que

 cualquier situación es perfecta porque cada situación me permite sacar una

 lección.

D4 = La cuarta vértebra dorsal D4 se refiere a los placeres, a los deseos, a las

 tentaciones frecuentemente insatisfechos. A veces mis esperas son

 desmesuradas, carecen incluso de realismo y me vuelvo irritable, colérico porque

 “mis deseos” no están realizados. Estoy enfadado con la vida, mi entorno. 

En el fondo de mí, siento un vacío tan grande, generalmente afectivo, que tengo

 tendencias depresivas y el único modo que conozca de equilibrar este estado de

 ser y traer algo “picante” en mi vida será crear un estado de excitación, bien sea

 naturalmente o artificialmente. Puedo practicar deportes de emociones fuertes

 (paracaidismo, alpinismo, etc.) o puedo tomar drogas para ponerme en un

 estado de éxtasis y de bienestar temporal. Me refugio así en un mundo

 imaginario, protegido de todos. Sin embargo, no estoy al albergue de las

 emociones que he inhibido y de las cuales he intentado escapar. En apariencia

 puedo ser muy libre, pero en realidad, estoy encarcelado en mi ira, mis penas,

 mis frustraciones, y por mi miedo a estar asfixiado por el amor de los demás,

 porque nunca supe reconocerlo y aceptarlo. Entonces, tengo tendencia a

 rechazar a los demás. Me opongo, me mantengo distante y alimento esta cuneta

 con mi mal humor, mi actitud depresiva. Es importante que reconozca y que

 acepte mis emociones para poder integrarlas y permitirme vivir plenamente mi

 vida. Cuando D4 está afectada, también puede seguir una dificultad con la

 vesícula biliar.

D5 = La quinta vértebra dorsal D5 está tocada cuando me vuelvo a encontrar en

 una situación en que tengo la sensación de perder el control. Me siento entonces

 desestabilizado. Incluso puedo hallarme en un estado de pánico. Esto se produce

 en particular en el plano afectivo con relación a mi cónyuge, un miembro de mi

 familia, un amigo cercano, etc. Este control se esconde a veces bajo una

 apariencia de “querer ayudar a alguien”, “guiarlo”, “ayudarle en sus dificultades”,

 pero en el fondo de mí, ejerzo un control para con esta persona, estando en

 posición de “fuerza” incluso inconscientemente. Si las cosas no suceden como lo

 deseo, puedo volverme frustrado, crítico, impaciente e incluso colérico, y D5

 reaccionará violentamente. Quiero darme una imagen de “duro de roer” que

 tiene la “espalda ancha” y que “es capaz de cargar”. Pero, en el fondo, sé que me

 cargo demasiado los hombros, lo cual me lleva a estar inseguro, angustiado, en

 rebelión contra mi entorno que hago responsable de mi malestar. Tengo grandes

 ambiciones, lo cual me hace a veces apartarme de mis valores profundos y

 actuar en contradicción con éstas. Entonces, me echo en relaciones artificiales

 con la gente, viviendo decepción tras decepción, porque el amor verdadero,

 sencillo, no es bastante presente. Es importante que esté a la escucha de mi

 interior, que tome contacto con mi esencia, con mis verdaderos valores para que

 vuelva la calma en mi vida y que vea claro en los acontecimientos,

 desarrollándome y siendo capaz de vivir el amor verdadero. Se debe observar

 que el mal estado de D5 frecuentemente está acompañado de diversos

 malestares afectando mi hígado y mi circulación sanguínea.

D6 = La sexta vértebra dorsal D6, va a reaccionar cuando me crítico y que me

 juzgo severamente. Puedo haber estado educado en un entorno muy estricto en

 el cual los valores y las líneas de conducta debían seguirse al pie de la letra.

 Habiendo crecido en este clima autoritario y no permisivo, ahora puedo tener

 “casos de consciencia” en los cuales quisiera darme gusto, coger tiempo para mí

 pero juzgo que esto no es “correcto” y “que no me lo merezco”. 

Me creo preocupaciones inútilmente porque no dejo de analizar cada uno de mis

 gestos, cada una de mis palabras, cada uno de mis pensamientos, para estar

 seguro de que “estoy correcto”. Me corroe la culpabilidad por dentro. La angustia

 está muy presente y me auto – castigo cortándome del mundo. Tengo dificultad

 en aceptarme. Me siento víctima de la vida, impotente frente a los

 acontecimientos. Juzgo severamente éstos sin querer aceptar que están aquí

 para hacerme crecer, pero viéndoles preferentemente como castigos, injusticias.

 Vivo entonces en la frustración y la incomprensión, el resentimiento, envidioso y

 celoso de los demás. Por esto una D6 en mal estado se suele acompañar de

 malestar al nivel del estómago. Tengo necesidad de estar más flexible y

 permisivo para conmigo y aprendo a ver positivo en cada acontecimiento,

 sabiendo que cada experiencia me lleva a conocerme más y a volverme mejor.


D7 = La séptima vértebra dorsal D7 es una trabajadora de trabajos forzados.

 Si en mi vida, me empujo al límite en las cosas que debo hacer, sin escuchar mi

 cuerpo cuando necesita descansar o relajarse, D7 va a echar un grito de socorro.

 Es posible que así quiera olvidar o huir a alguien o una situación cualquiera.

 Puede que quiera olvidar mis problemas financieros, afectivos, etc.

 Parándome, es muy posible que afloren el desánimo y la insatisfacción frente a

 mi vida, cosa que no quiero. Acumulo mucha ira y agresividad: todo ruge adentro

 mío porque “la vida no tiene nada bueno para ofrecerme”. Me obstino, incluso me

 bloqueo sobre ciertas ideas que me obsesionan. Debo aprender a apreciar lo que

 tengo y lo que soy y ver toda la abundancia que es presente en mi vida. 

Tengo el derecho de tomar tiempo para mí, tengo el derecho de vivir emociones

 en vez de dejarlas hervir adentro mío. Me concedo el derecho de vivir mi pena,

 mi decepción, mis miedos porque es así como podré aceptarlos y cambiarlos en

 positivo. Puedo hacer mi limpieza interior a medida y dejar que D7 funcione

 normalmente. Es así como los males que acompañan frecuentemente una D7 en

 mal estado y que tocan frecuentemente el páncreas y el duodeno podrán también

 irse.

D8 y D9 = Las octava y novena vértebra dorsal D8 & D9 que hallo a la altura del

 diafragma y que están estrechamente vinculadas, se parecen en todo. 

Por esto, se tratan juntas. Se afectan principalmente cuando vivo inseguridad

 debido a un miedo que tengo de perder el control en una situación o con una

 persona. Me siento más seguro de mí cuando dirijo perfectamente todos los

 aspectos de mi vida, cuando orquesto perfectamente cualquier situación para

 saber exactamente qué debo esperar. Me escondo en mi burbuja de cristal, sin

 hacerme preguntas ni hacer esfuerzos para cambiar lo que sea en mi vida. 

Vivo todas mis emociones “para dentro”. Pero este “supuesto equilibrio” está

 trastornado, D8 y D9 asustadas reaccionan fuertemente, acurrucándose de

 miedo. La desesperación puede tener lugar y tengo el mal de vivir. 

Tengo dificultad en ver la luz al final del túnel. Puedo sentir desprecio por la vida y

 me dirijo hacía un abismo que sólo puedo vencer haciendo confianza en la vida y

 dejando ir el control que ejerzo. Porque es soltando cuando gano el dominio de

 mi vida. Tomo nota que una D8 lastimada puede acompañarse de dolores del

 diafragma y el bazo (incluyendo los trastornos de la sangre) mientras que D9 en

 mal estado estará acompañada de alergia o de un mal funcionamiento de las

 glándulas suprarrenales o de urticaria.

D10 = Cuando la décima vértebra dorsal D10 está afectada, esto suele reflejar

 una profunda inseguridad frente a la cual me siento sin armas, sin recursos. 

Mi confianza está en su nivel más bajo y necesito “un pequeño tónico” para

 ayudarme a darme más valor y a olvidar mis preocupaciones. 

Frecuentemente, esto puede ser un consumo más grande de alcohol o de droga

 que de costumbre que me dará “un pequeño estímulo”. Sin embargo, cuando

 vuelvo a mi estado normal, las inseguridades aún están presentes y mi vida se

 oscurece porque sólo veo el lado negativo de las cosas. Lo veo todo en negro,

 rechazando la vida, compadeciéndome de mi – mismo. Estoy preocupado por

 pequeñeces y me enfado sin ser capaz de manifestarlo sin embargo, lo cual

 afecta mi sensibilidad que vuelve a flor de piel y que hace que me irrito por

 futilidades. Una D10 en mal estado se acompaña frecuentemente de dolores en

 los riñones, reconocidos como la sede del miedo. Aprendo a hacerme confianza y

 aprendo a ver la belleza alrededor mío y la que existe dentro de mí. Tengo el

 valor de pedir ayuda.

D11 = Las anomalías en la onceava vértebra dorsal D11 se hallan también cuando

 mi sistema nervioso tiene dificultad en funcionar. Mi gran sensibilidad a todos los

 niveles hace que D11 se deforme porque también deformo la realidad para sufrir

 menos. La cambio a voluntad para que sea como quiero. Me “corto”

 voluntariamente de mi entorno. Pero esto sólo puede durar cierto tiempo y debo

 pronto o tarde enfrentar la realidad. En ese momento, una tensión interior se

 habrá instalado, y tendré dificultad en transigir con ella. Esto puede volverse tan

 insoportable que incluso puedo tener ideas de suicidio ya que vivo en la

 incomprensión y que tengo miedo del porvenir porque me siento impotente en

 cambiar las cosas en mi vida. Me considero “víctima”, herido en mis sentimientos.

 Rumio lo negativo y hago pocos esfuerzos para sacarme de esta situación. 

Debo aprender a moverme e ir hacia delante en vez de estancarme en un estado

 de ser comatoso y complacerme en la pasividad. Las dolencias en la D11 se

 acompañan frecuentemente de dolores en los riñones así como de disfunciones

 de piel (eczema, acné, etc.) Empiezo a creer también que es posible cambiar

 cosas en mi vida pero que debo estar listo para invertir esfuerzos y pedir ayuda.


D12 = La doceava vértebra dorsal D12 está afectada sobre todo cuando vivo en

 un lugar cerrado. Tengo tendencia a criticar, juzgar, saltar fácilmente a

 conclusiones, no porque haya comprobado sino solamente porque mis

 observaciones pueden darme falsas impresiones y que las interpreto a mi modo.

 Esto me lleva a vivir mucha ira que me “roe interiormente”. Mi mental es muy

 activo. Mi sensibilidad está “a flor de piel”. Me construyo castillos de arena.

 Me invento todo tipo de escenarios. Ya que tengo dificultad en transigir con mi

 entorno, vivo mucha inseguridad. Puedo entretener ideas mórbidas, ya incapaz

 de absorber lo que sea de lo que veo, siento o percibo y envidiando lo que tienen

 los demás. Una afección en el nivel de la D12 se acompaña frecuentemente de

 males intestinales, dolores en las articulaciones, una circulación linfática

 deficiente y así a veces afecciones en las trompas de Falopio. Aprendo a

 comunicar, a ir a comprobar con las personas relacionadas para eliminar la duda

 y la inseguridad que me habitan. Así veo más claro en mi vida y se establecen en

 mí la calma.


Tanto es así que los dolores en medio de la espalda son la señal clara de una

 relación difícil con la vida y las situaciones de mi existencia. Esta región de la

 espalda corresponde también al movimiento de exteriorización de la energía de

 vivir que fluye por mí. Esto significa que en período de madurez interior (cuando

 adquiero experiencia), varias cualidades divinas tales como la confianza, el amor,

 el desapego (es decir el libre albedrío) sobre todo en el plano afectivo) están

 puestas a prueba. Mis dolores de espalda e incluso la espalda curvada pueden

 significar diversas cosas: culpabilidad en unas situaciones en que no me he de

 sentir culpable, amargura o una débil confianza en mí vinculada a una vida que

 siento muy pesada por llevar. Puedo tener la sensación de que “están siempre

 pegados a mi espalda”. Si tengo dolor de espalda, esto denota un gran

 sentimiento de impotencia, frente a una situación presente difícil de tratar y en la

 cual necesitaría ayuda. La desesperación puede aparecer porque no me siento

 bastante apoyado en el plano afectivo y padezco también inseguridad. 

Tengo tendencia a retener mis emociones y vivo mucho en el pasado. Me quedo

 vinculado a dicho pasado. Me siento inestable y ansioso. El objetivo por alcanzar

 reside en una expresión más activa de la energía divina. Necesito ser

 transparente en todo, conmigo mismo y los demás, dejando de transportar

 sentimientos de un pasado desagradable, para dar paso a un aquí ahora tranquilo

 y sereno. Necesito ayuda y ánimo, conectarme con mi ser interior que vela sin

 cesar sobre mí. Mi cuerpo me da señales importantes. No hay vergüenza ninguna

 en pedir ayuda. Al contrario, es un signo de inteligencia ya que esta ayuda me

 permite ir hacia delante. Veo importancia en mi propia identidad y soy prudente

 con mi ego y mis miedos. Aprendo a comunicar con mí ser interior por la

 meditación y la contemplación; con él hallaré muchas soluciones y respuestas.

 Estar conectado con mi ser interior, es elegir vivir mejor las situaciones de la

 vida.


Stella Maldonado Master Coach Holistico

https://t.me/tuterapiaintegral



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